miércoles, 27 de junio de 2018

bambi

 elaborado por: COLORADO CCOYLLO, Alberto



Había llegado la primavera. El bosque estaba muy lindo. Los animalitos despertaban del largo invierno y esperaban todos un feliz acontecimiento.




- ¡Ha nacido el cervatillo! ¡El príncipe del bosque ha nacido! -anunciaba Tambor el conejito, mientras corría de un lado a otro.




Todos los animalitos fueron a visitar al pequeño ciervo, a quien su mamá puso el nombre de Bambi. El cervatillo se estiró e intentó levantarse. Sus patas largas y delgadas le hicieron caer una y otra vez. Finalmente, consiguió mantenerse en pie.




Tambor se convirtió en un maestro para el pequeño. Con él aprendió muchas cosas mientras jugaban en el bosque.



Pasó el verano y llegó el tan temido invierto. Al despertar una mañana, Bambi descubrió que todo el bosque estaba cubierto de nieve. Era muy divertido tratar de andar sobre ella. Pero también descubrió que el invierno era muy triste, pues apenas había comida.



Cierto día vio cómo corría un grupo de ciervos mayores. Se quedó admirado al ver al que iba delante de todos. Era más grande y fuerte que los demás. Era el Gran Príncipe del Bosque.

Aquel día la mamá de Bambi se mostraba inquieta. Olfateaba el ambiente tratando de descubrir qué ocurría. De pronto, oyó un disparo y dijo a Bambi que corriera sin parar. Bambi corrió y corrió hasta lo más espeso del bosque. Cuando se volvió para buscar a su mamá vio que ya no venía. El pobre Bambi lloró mucho.

- Debes ser valiente porque tu mamá no volverá. Vamos, sígueme -le dijo el Gran Príncipe del Bosque.

Bambi había crecido mucho cuando llegó la primavera. Cierto día, mientras bebía agua en el estanque, vio reflejada en el agua una cierva detrás de él. Era bella y ágil y pronto se hicieron amigos.

Una mañana, Bambi se despertó asustado. Desde lo alto de la montaña vio un campamento de cazadores. Corrió hacia allá y encontró a su amiga rodeada de perros. Bambi le ayudó a escapar y ya no se separaron más. Cuando llegó la primavera, Falina, que así se llamaba la cierva, tuvo dos crías. Eran los hijos de Bambi que, con el tiempo, llegó a ser el Gran Príncipe del Bosque. 





moralejas:
  1. -Si por el bosque has de pasear, no hagas a los animales ninguna maldad.
  2. -Obedecer a tus padres o autoridades.
  3. -No confiar en cualquier persona sin antes conocerla.  

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martes, 19 de junio de 2018

cuniraya viracocha



Elaborado por: COLORADO CCOYLLO, Alberto


Cierto día, coniyara, el espíritu de la naturaleza, encontró a una bella mujer llamada cavillaca con la cual tuvo un hijo a través de un fruto del árbol de lucma.

Cuando el niño creció, cavillaca hizo que los huacas y los dioses se reunieran para determinar quién era el padre del niño y coniyara asistió a la reunión vestido como un vagabundo. Sabiendo que el niño reconocería a su padre, cavillaca lo dejó libre para que se acercara a su progenitor.
Sin embargo, cuando el niño se detuvo frente a coniyara, cavillaca no quiso aceptar que tal criatura despreciable era el padre de su hijo, así que huyó con el niño hacia el mar y se transformó en piedra. Coniyara la persiguió e interrogó a los animales que encontraba en su camino sobre el paradero de cavillaca. 

El cóndor le dijo que había visto a cavillaca cerca, por lo que fue bendecido. al zorro que afirmó no haber visto nunca a la mujer, coniyara lo maldijo, diciéndole que sería detestado por todos y que no podría salir sino de noche. las guacamayas que le dieron malas noticias fueron condenadas a gritar muy alto, haciéndose visibles ante sus enemigos.
finalmente, coniyara llegó al mar en el que se encontraba cavillaca y vio que esta y su hijo eran ahora de piedra.


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cuniraya viracocha


el pastor mentiroso


elaborado por: COLORADO CCOYLLO, Alberto



érase una vez un pequeño pastor que se pasaba la mayor parte de su tiempo paseando y cuidando de sus ovejas en el campo de un pueblito. todas las mañanas, muy tempranito, él hacía siempre lo mismo. salía a la pradera con su rebaño, y así pasaba su tiempo.
muchas veces, mientras veía pastar a sus ovejas, él pensaba en las cosas que podía hacer para divertirse como muchas veces se aburría, un día, mientras descansaba debajo de un árbol, tuvo una idea. decidió que pasaría un buen rato divirtiéndose a costa de la gente del pueblo que vivía por allí cerca. se acercó y empezó a gritar: - ¡socorro, el lobo! ¡que viene el lobo!
la gente del pueblo cogió lo que tenía a mano, y se fue a auxiliar al pobre pastorcito que pedía auxilio, pero cuando llegaron allí, descubrieron que todo había sido una broma pesada del pastor, que se deshacía en
risas por el suelo.
los aldeanos se enfadaron y decidieron volver a sus casas. cuando se habían ido, al pastor le hizo tanta gracia la broma que se puso a repetirla.
y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:
- ¡socorro, el lobo! ¡que viene el lobo!
la gente, volviendo a oír, empezó a correr a toda prisa, pensando que esta vez sí que se había presentado el lobo feroz, y que realmente el pastor necesitaba
de su ayuda.

pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, riendo de ver como los aldeanos habían vuelto a auxiliarlo.
esta vez los aldeanos se enfadaron aún más, y se marcharon terriblemente enfadados con la mala actitud del pastor, y se fueron enojados con aquella situación.
A la mañana siguiente, mientras el pastor pastaba con sus ovejas por el mismo lugar, aún se reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior, y no se sentía arrepentido de ninguna forma.
Pero no se dio cuenta de que, esa misma mañana se le acercaba un lobo. cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo.
al ver que el animal se le acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente:
- ¡socorro, el lobo! ¡que viene el lobo! ¡que va a devorar todas mis ovejas! ¡auxilio!
pero sus gritos han sido en vano. ya era bastante tarde para convencer a los aldeanos de que lo que decía era verdad.
Los aldeanos, habiendo aprendido de las mentiras del pastor, esta vez hicieron oídos sordos. ¿y lo qué ocurrió? pues que el pastor vio como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra vez: -¡socorro, el lobo! ¡el lobo! pero los aldeanos siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio como el lobo se comía unas cuantas ovejas y se llevaba otras tantas para la cena, sin poder hacer nada, absolutamente.

y fue así que el pastor reconoció que había sido muy injusto con la gente del pueblo, y aunque ya era tarde, se arrepintió profundamente, y nunca más volvió burlarse ni a mentir a la gente. 

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el pastor mentiroso


FÍN**


martes, 12 de junio de 2018

el zorro y la paloma


adaptado por: COLORADO CCOYLLO, Alberto


Había una paloma que vivía en un árbol y un día el zorro paseaba por el campo, y de casualidad bio un letrero que decía.

“LA CASA DE LA PALOMA”   y entonces el zorro llamo amiga paloma, amiga paloma amiga paloma. La paloma salió y el zorro le dijo: que tal como estas, muy bien le respondió la paloma.





¡Adiós amiga! La paloma cerró su puerta, sin saber que su hijo estaba fuera del nido. El zorro persiguió y se comió a la bebe paloma. La paloma se puso triste por su hijo El zorro seguía teniendo hambre y volvió a la casa de la paloma; por lo que la paloma abandono su casa.

El zorro seguía teniendo hambre y volvió a la casa de la paloma; por lo que la paloma abandono su casa. La paloma sentía mucho miedo por el afán del zorro de atraparla; que para librarse pasó volando por un ancho río. El zorro dijo: La paloma esta cansada, pasaré nadando el río para agarrarla.


Cuando esta en medio del río la pata le dolía más y no pudo nadar por el dolor y se hundió.

La corriente arrastró al zorro que se había ahogado. Y lo dejo bajo un inmenso cerro. La paloma vio al zorro muerto y se alegro mucho; ella podría regresar con sus hijitos, y así poder vivir feliz con ellos.


aquí puedes descargar mi cuento